martes, 28 de julio de 2015

ANTIGUAS ORDENANZAS CONCEJILES DE SAN SALVADOR DE CANTAMUDA





 ESTUDIOS Y DOCUMENTACIÓN
2.ORDENANZAS DEL CONCEJO DE SAN SALVADOR DE CANTAMUDA EN EL SIGLO XVI


Otrosi ordenamos y mandamos que cada uno sea obligado a linpiar la hera en que cogiere el pan, e no la dejar sucia, so pena que el que no la barriere dentro de ocho dias de como ansi ubiere alzado los frutos della, que peche y pague beynte maravedis para la rrepublica del concejo, e que todabia sea obligado a la linpiar, e queden linpias e abiertas como sienpre quedaron so la dicha pena, pues son concejiles e no propetarias”.
(Cap. 58. Sobre limpiar cada uno su hera)

ORDENANZAS ANTIGUAS DE SAN SALVADOR DE CANTAMUDA
Publicación de la Institución Tello Téllez de Meneses (Palencia). 
Con Introducción y Notas de Laureano Pérez Mier y Laureano Pérez Francisco

Descargas: dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2489961.pdf


"Hállanse éstas en un cuaderno que se compone de dos partes distintas: la primera consta de 17 folios en papel sin sellar, escritos por ambos lados, donde se contienen las Ordenanzas antiguas, tal como fueron reformadas entre los años 1586-1589; e integran la segunda parte 9 folios en papel del sello 4.°, habilitado para el año 1643, en los que se insertan algunas, muy pocas, adiciones y ciertas reformas de escasa importancia introducidas ese mismo año de 1643.

...Creemos que el marco más apropiado, y que mejor acierta a encuadrar el ambiente de estas Ordenanzas, se halla reflejado en el texto de un esclarecido maestro, conocedor como pocos de los
orígenes del municipio leonés y de su pervivencia multisecular en los concejos rurales de nuestras montañas -en las tierras de foris montes o foramontanas del viejo solar astur-leonés-, y donde, a despecho del Derecho Administrativo, mejor se ha conservado hasta nuestros días la añeja solera municipal. He aquí como caracteriza Díez Canseco los primitivos concejos rurales hacia los comienzos de la oncena centuria:

La población se agrupa ya desde los primeros tiempos (de la reconquista) en lugares y aldeas, con la división tripartita de su territorio clásica entre nosotros: el casco de la población (villa) en el centro, compuesta de las casas, huertos y cercados para el forraje terreñales; las tierras de cultivo y los prados de posesión individual o familiar en torno de él (tierras de foris); y en tercer término los exiti, ejidos, praderas, dehesas y montes de común aprovechamiento. Pero tal división no es la del territorio municipal, sino propia de cada pueblo que le compone, y aunque los montes y pastos fueran, en general, durante los primeros tiempos de la comunidad de todos los vecinos del término, y los ganados de éstos, por lo común admitidos también en los ejidos propios de cada aldea, siempre era cosa de ésta el apacentar en las tierras y prados propios de sus vecinos, una vez levantadas las cosechas; la agrupación de sus ganados en rebaños, piaras y veceras; la ordenación de su custodia; el nombramiento de los guardas; entender en las multas y prendas que por daños se originaran; la participación del pueblo en los gastos parroquiales; el alojamiento y asistencia de los pobres, y en general, la reglamentación de su propia y peculiar economía, todo lo cual llevaba a la aparición de una asamblea propia, si no es aquí donde realmente perdura el conventus vicinorum”.


sábado, 25 de julio de 2015

SIN DEMOCRACIA NO HAY COMUNAL NI CONCEJO QUE VALGA

Casa de concejo y teleclub de Vallespinoso de Cervera




En muchos pueblos pequeños se conserva la llamada “casa de concejo”. Ya en tiempo de la dictadura franquista estas casas fueron reconvertidas en teleclubs. Reunirse para ver la televisión y jugar a las cartas quedó como único vestigio de la secular tradición democrática del concejo. La conversión de las casas de concejo en teleclubs durante el franquismo representa perfectamente la decadencia y derrota definitiva de la institución del autogobierno popular que por siglos rigió la vida de pueblos y ciudades. El concejo era la forma de resistencia ante el creciente poder de las clases dominantes, durante el pasado feudal como después en la modernidad, cuando fueron emergiendo y confluyendo los estados y el capitalismo tal como hoy los conocemos y padecemos.

En 1978, el texto constitucional del Estado español no tuvo inconveniente en conservar el concejo como reliquia democrática de tiempos pasados, eso sí, restringido a las despobladas aldeas que lograron sobrevivir a la masiva migración rural planificada por el franquismo en su fiebre desarrollista. Los polos industriales construidos junto a las grandes ciudades precisaban con urgencia de la mano de obra barata procedente de las aldeas, que ya por entonces sólo se reunían en la casa de concejo para jugar a las cartas y ver la televisión. 

martes, 21 de julio de 2015

EN ESTE MOMENTO, ¿QUIÉN TEME A RAJOY?

 
Obligados a ganar

Votar es siempre un acto de aplazamiento basado en suposiciones; escogemos a otra persona, a alguien que en el supuesto de que resulte elegida, suponemos que representará nuestros supuestos intereses. Si nuestros supuestos representantes no resultan elegidos, toda la energía que hemos gastado en apoyarles es desperdiciada, tirada al cubo de la insignificancia. El supuesto poder que creíamos tener al ejercer el voto siempre es dirigido hacia otra persona, sea nuestro candidato o el contrario, hacia alguien que siempre lo usará en nuestro nombre, aunque luego lo ejerza en contra de nuestros intereses. Siempre.
 
Las élites económicas y políticas no tienen miedo a la gente organizada en partidos, saben que éstos siempre encauzarán a la gente hacia el interior del sistema, hacia objetivos parciales y secundarios, nunca hacia los sustanciales. Saben que los partidos les son muy útiles, que aunque tuvieran que ceder a algunas de sus demandas, los partidos siempre colaborarán al mantenimiento del sistema que les une y del que depende su subsistencia; saben que los partidos siempre impedirán que la gente pueda, incluso cuestionarse los asuntos principales que determinan sus vidas, como la expropiación de la tierra y el conocimiento que nos son comunes, como el trabajo asalariado o la falsa democracia representativa. De la mano de los partidos, la gente nunca pondrá en riesgo el tinglado ideológico-legal-militar que fundamenta y sostiene a la compleja sociedad de mercado, a sus instituciones estatales y mercantiles.

domingo, 19 de julio de 2015

LA REVOLUCIÓN QUE CONVIRTIÓ LA TIERRA, EL TRABAJO Y EL DINERO EN MERCANCIAS




No tiene sentido presentar a la izquierda política como defensora del Estado intervencionista y a la derecha como defensora del Capitalismo. Es un mal planteamiento en su raíz, que conduce necesariamente a una mala solución o a ninguna parte. Lo hemos comprobado a lo largo de los dos últimos siglos: el fascismo las acecha y las espera,  el Estado es su lugar de encuentro, volvemos a verlo ahora, una vez más, cuando percibimos la proximidad de un nuevo callejón sin salida.Sin duda, que hay algo más que una afinidad disimulada entre ambas facciones.


Que la tierra y el trabajo pasaran a ser mercancías fue una revolución que transformó radicalmente el mundo conocido... y eso fue hace poco, apenas dos siglos. A mucha gente le sorprenderá que ésto, que nos parece hoy tan normal, es en realidad la mayor innovación experimentada por la vida humana sobre el planeta. Con la perspectiva que nos da la experiencia histórica, tenemos fundamento suficiente para afirmar que se trata de la revolución más negativa entre todas las acaecidas, la que jamás pudieron imaginar las comunidades humanas que nos precedieron.

jueves, 16 de julio de 2015

GRECIA, SÍ O SÍ

Atenas, cambio de guardia








El capitalismo internacional no puede estar más satisfecho: la idea de que no hay alternativas se puede asentar todavía más en la población europea y mundial. ¿Qué mejor prueba que un gobierno de la izquierda radical practicando el neoliberalismo, aunque suavizándolo un poco? Para hacer este viaje mejor hubiera sido no hacer ninguno. Esta derrota de Syriza le puede costar muy cara al pueblo europeo, empezando por el griego”.

                                      (joselopezsanchez.files.wordpress.com)



En Grecia se ha demostrado, una vez más, la inutilidad de la vía electoral en caso de que se tenga la finalidad de acabar con el sistema de dominación vigente y no una mera renovación de las élites que, como viene sucediendo, a lo más que aspiran es a efectuar un maquillaje formal del sistema, una imagen más atractiva a las masas de votantes. Con ello, contribuyen eficazmente a consolidar el orden sistémico del que la izquierda política, ya definitivamente, forma parte.

Esa izquierda no aprende, ni quiere ni puede aprender. Syriza es el último ejemplo de una trayectoria histórica condenada a la deriva perpetua. A la vanguardia de los movimientos y partidos de la izquierda europea, ha vuelto a demostrar que llegar al gobierno vale de poco cuando el  poder tiene su fortaleza en otro sitio que no es el gobierno... en un lugar que, sin embargo, es bien conocido y controlado por la competencia neoliberal : en el cerebro de los que votan.

miércoles, 15 de julio de 2015

LA COMARCA





 La Montaña Palentina es la comarca natural que se localiza en la vertiente meridional de la Cordillera Cantábrica, formando parte de la actual provincia de Palencia. Su territorio es colindante con otras cinco comarcas: Páramos y valles (Palencia), Montaña de Riaño (León), Liébana y Campoo (Cantabria) y Sedano-Las Loras (Burgos)
 


Por su fonética, intuimos el origen de la palabra “co-marca”: territorio situado en el límite (marca) con otro territorio; “comarcar” es verbo aún utilizado con el sentido de limitar o marcar los límites de un terreno; y “comarcanos” son los propietarios colindantes. Su evolución semántica es, sin embargo, compleja. En libros antíguos podemos ver que se le daba el sentido de territorio fronterizo. En 1.780, la edición del Diccionario de la Real Academia Española le atribuía el significado de “territorio que comprende un pueblo con todos sus alrededores” (una villa y su alfoz), mientras que en la posterior edición de 1.832 está recogida la acepción más comúnmente usada hasta la actualidad: “división de un territorio que comprende varias poblaciones”.