viernes, 29 de marzo de 2013

UNOS APUNTES SOBRE LA REVOLUCIÓN INTEGRAL



Concibo la revolución integral como un proceso global de transformación radical de la vida humana en sociedad y con intención pacífica, orientado a sustituir la hegemonía del actual regimen dominante -al que llamamos Capitalismo, orientado hacia la destrucción de los recursos naturales para la satisfacción insolidaria del interés individual-, por la hegemonía de un nuevo regimen, al que llamamos Democracia, orientado a restaurar el equilibrio de la naturaleza y a lograr la satisfacción solidaria de las necesidades humanas en condiciones de verdadera libertad e igualdad.
El regimen democrático se funda sobre la experiencia histórica, corregida en sus errores e imperfecciones mediante la inteligencia y la responsabilidad que se derivan del efectivo ejercicio de la soberanía individual y colectiva, imposibles en el regimen dominante actual, erróneamente denominado “democracia” liberal.

martes, 26 de marzo de 2013

LOS LÍMITES DE LA POLÍTICA, DONDE EMPIEZA LA DEMOCRACIA


Para las masas no existe otra política que la oficial, la que sale en la tele. La tele es una máquina centrifugadora que todo lo amasa en un único y espectacular mondongo cultural y político, marxistamente conocido como “la realidad” y popularmente como “es lo que hay”.
¿Quién se atreve a dudar de la libertad e inteligencia del  ciudadano contribuyente, votante y, a mayores, telecliente? Nadie tendría razones para ello, porque en  política, como en la tele, hay libertad ¡y mucha! Hay mondongo para todos y para todos los gustos, un mondongo de calidad, totalmente popular y democrático. El mondongo es la materia prima del pensamiento neoliberal, a la vez conservador y progresista, único y hegemónico, es el gran milagro de la transubstanciación de esa mierda (en palabras de John Holloway que hago mías) que es el capitalismo y su democracia.  Es un milagro que merece  atención aunque sólo fuera por su origen religioso: ante un trozo de pan y un vaso de vino alguien dijo hace más de dos mil años “ésto es mi cuerpo y mi sangre”…respectivamente; sin tanta exageración y más recientemente, señalando al mondongo  capitalista, alguien dijo, “ésto es la  democracia”. Y desde entonces, todos los creyentes se sintieron partícipes de tal milagro y aceptaron la comunión con respectiva y entusiasta buena fe.

domingo, 17 de marzo de 2013

LEÑA E INTERNET


Este invierno se nos está haciendo muy largo. Sabemos que pronto se acabará, que la primavera está al caer con su promesa de energía renovada…Sí, qué le voy a hacer, soy un optimista irreductible que ha elegido serlo contra todo pronóstico, incluso contra toda evidencia y, aunque parezca contradictorio, lo soy por pura racionalidad, para no negarme a la vida. Conste que no todos los optimistas somos iguales y que, al menos, yo conozco tres tipos: a) los que ignoran en qué mundo viven y están satisfechos por razón de su ignorancia; b) los que entienden el mundo como una cancha para la competencia y están satisfechos por sentirse entre los ganadores; c) los que siendo considerados perdedores por los anteriores, saben que su derrota es colectiva y transitoria, porque conocen el funcionamiento de este mundo. Yo, que he decidido no renunciar al deseo de otro mundo mejor, me incluyo entre los últimos, los voluntariamente solidarios y necesariamente optimistas. 

jueves, 14 de marzo de 2013

POR UNA ESTRATEGIA CONSTITUYENTE



“¿Se quiere que haya siempre gobernantes y gobernados, o bien se quiere crear las condiciones para que la necesidad de  existencia de esta división desaparezca?”  (Antonio Gramsci)

Cuanto antes, conviene dejar de alucinar con urgentes ensoñaciones “revolucionarias” y ser conscientes de que la Democracia no es posible a corto plazo; entre otras, por la razón principal de que el pensamiento crítico y democrático es todavía muy débil, muy minoritario en la sociedad actual, masivamente colonizada por la ideología antidemocrática del capitalismo, incluyendo a toda la izquierda reformista y estatista.
Quienes defendemos la idea de una revolución integral que nos conduzca a un cambio radical de las estructuras que impiden la Democracia, estamos emplazados a construir una estrategia en esa dirección, todavía muy lejana, pero debemos hacerlo a todos los niveles, también en el corto y medio plazo. Es verdad que no podemos caer en la trampa del hiperactivismo reactivo, que cada día nos provocan tanto la crisis como la corrupción,  como cada acción del gobierno o la prisa de la izquierda por hacerse con los asientos del poder. Pero tampoco podemos derivar hacia una parálisis expectante. Se ha abierto una posibilidad de transformación y hay que aprovecharla con inteligencia colectiva.

viernes, 8 de marzo de 2013

UN PARADIGMA POSTCAPITALISTA SE ABRE PASO HACIA EL BIEN COMÚN DE LA HUMANIDAD

En memoria de Elinor Ostrom, que desmontó
la teoría trágica de los
 bienes comunes 
A partir de la década de los noventa fueron numerosos los movimientos sociales que incorporaron en su agenda el tema de los “bienes comunes”, sobre todo a partir de los trabajos elaborados por Elinor Ostrom (especialmente “Governing the Commons”, publicado en 1.990), economista que en 2009 se convertiría en la primer mujer en recibir el premio Nóbel de economía. Hasta entonces, la generalidad de los economistas venía considerando que el mantenimiento de los bienes comunes precisaba de la intervención estatal o del interés privado individual, opinión estandarizada que implicaba necesariamente el desprestigio de la propiedad comunal de dichos bienes (lo que se denominó “la tragedia de los comunes”). Elinor Ostrom, fallecida en 2012, desafió esa concepción de los bienes comunes y su abundante observación y estudio al respecto le llevaron a la conclusión de que cuando las comunidades cuentan con autonomía suficiente, los individuos que las forman interactúan y desarrollan complejos sistemas institucionales de carácter local, con el fin de hacer sostenible a largo plazo la gestión de los recursos compartidos. En la mayor parte de los casos, dichas prácticas comunales han permitido la preservación de recursos naturales y evitado la degradación del medio. La evidencia la tenemos en nuestro propio medio rural, donde gracias a esas prácticas comunales de origen ancestral, todavía disponemos de un importante patrimonio natural y rural, relativamente bien conservado, aunque sometido a permanente amenaza por la codicia especulativa del interés privado.

martes, 5 de marzo de 2013

LA CAUSA PLUSCUAMPERFECTA. O ¿POR QUÉ NO ME ENTIENDO CON CRISTIANOS Y ANARQUISTAS?

De la portada del libro "L´Anarchisme Chretièn"

Los cristianos tienen el pecado original de su creencia irracional, que es cosa suya, de su propia inteligencia personal. Ese problema puede que no nos concierna a los demás, pero los cristianos también tienen algo que nos vendría bien al resto de los mortales si pudiéramos compartirlo con ellos. Se trata del principio moral “ama al prójimo como a ti mismo”…lo que pasa es que no lo practican. Sucede que  la mayoría sigue una mala estrategia, que les impide  conseguir dicho fin. Sucede que  se limitan a demorar la aplicación de sus principios para el otro mundo, el celestial -ese que probablemente no exista-, con lo cual, la mayoría resultan ser pésimos cristianos en esta vida. No se aman suficientemente a sí mismos o bien se exceden y, por tanto, todos los demás, su prójimo, nos vemos privados de su amor. El pecado universal de los cristianos tiene una trágica consecuencia: su aportación a la igualdad y a la justicia en este mundo es irrelevante; incluso peor que irrelevante, ya que desde antíguo vienen alineándose mayoritariamente con el poder político y económico, o sea, con quienes pisotean cada día la dignidad de los seres humanos.

Con los anarquistas me viene a pasar algo parecido, incluso puede que más complicado de explicar. Con éstos comparto la racionalidad del libre pensamiento, comparto el principio de la igualdad como sustento inseparable de la libertad, comparto su objetivo de una sociedad fraternal e igualitaria, sin jerarquía y sin Estado,…comparto todos sus principios y objetivos, tanto morales como políticos. Pero no me entiendo con ellos porque discrepo radicalmente de su absurda y alcanforada estrategia. Van a la deriva de una inercia histórica no menos ritual y religiosa que la de los cristianos, cerrados a toda idea que no aparezca en los textos sagrados del santoral anarquista. No han actualizado su conocimiento del mundo, no se han enterado de que ya no vivimos en la modernidad industrial, no han entendido que el anarcosindicalismo es una pérdida de tiempo y energía revolucionaria, que retroalimenta al capitalismo tanto como el parlamentarismo; ignoran que el problema central del trabajo humano en el mundo actual no es el de la precariedad del empleo asalariado -aún siendo cierto-, sino la obsolescencia misma del trabajo en el capitalismo global y postmoderno. No han estudiado la evolución del capitalismo a partir del siglo XIX y pretenden combatirlo con la misma estrategia de aquel siglo. Su deriva les lleva al sitio contrario al que quisieran ir, o peor, a ninguna parte…y, al igual que los cristianos, nos remiten a una utopía celestial, ajena a este mundo, donde la revolución habrá de suceder al día siguiente a aquél en que la humanidad toda, iluminada por la razón ácrata, comprenda por fin el sentido último del anarquismo.

domingo, 3 de marzo de 2013

DESPUÉS DE LA MAREA


La Democracia es el proyecto de la Marea

La Marea de Mareas es mucho más que una manifestación multitudinaria, mucho más importante de lo que podría deducirse de su propio éxito de participación. Antes del 23 F decían desde Madrilonia que “la Marea ha ganado su legitimidad por la fuerza de su choque contra las rocas que el gobierno zombi de Mariano Rajoy ha ido poniendo en el camino”, que la fuerza de su movimiento ha actuado como un enorme polo de atracción, con su potencia dirigida en una doble dirección: 1) en la que permitía la incorporación de colectivos de todo tipo, haciendo un efecto llamada a redes más amplias y 2) en la que levantaba el propio mito de la Marea de Mareas. Eso es lo que ha permitido abrir un marco de posibilidad y de necesidad, lo que nos ha permitido, a partir de la singularidad de cada lucha, encontrarnos en un anhelo común: el fin de la agresión capitalista y la caída del gobierno.

Su convocatoria ha desbordado a las organizaciones políticas y sindicales, que han visto como sus bases compartían la convocatoria sin necesidad alguna de permiso. Estamos completamente de acuerdo con esa opinión de Madrilonia, sobre todo cuando se afirma que la convocatoria apela, por encima de todo, a un proyecto democrático y que “la pregunta que queda en el aire es ¿cómo pasamos del tiempo del evento al tiempo del proceso? ¿Cómo hacemos para que la Marea arrastre y genere sedimento, para que no sea sólo espuma, para que tras su paso no queden  «cuatro lapas» como decía un cargo del PP? ¿Cómo tumbamos al gobierno y al sistema actual de partidos y avanzamos en el proceso democrático que ya está, irremediablemente, encima de la mesa?...” en definitiva: ¿y después de la Marea, qué?