jueves, 17 de enero de 2013

LA METANOIA DE LAS IZQUIERDAS

Resetear  el sistema


Tradicionalmente, la teología cristiana ha empleado el concepto “metanoia” para referirse al arrepentimiento; sin embargo, en su origen griego y filosófico, se trataba de un concepto retórico utilizado para cambiar de opinión con el fin de mejorarla, retomando el camino en una nueva dirección.
Para poder pasar de un estado actual a un mejor estado, lo primero es comprender en qué fundamentamos esa mejora; en el pensamiento filosófico a eso se le ha llamado siempre axiología -filosófica o existencial-, integrada por aquellos valores que dan sentido y coherencia a nuestras acciones y que, por tanto, nos pueden llevar a ese deseado nuevo estado, que pensamos como mejor que el actual.
Pues bien, pienso que por razón de la actual crisis estructural del capitalismo,  todas las izquierdas, tras asumir su continuada derrota están abocadas a su propia metanoia… si de lo que estamos hablando es de un cambio sistémico.

Esa transformación ha de suceder necesariamente desde dentro, en el sentido original de autosubversión, que tanto los filósofos griegos como los cristianos atribuían a la metanoia. Para todas las izquierdas ello supone situar el objetivo común en un radical programa de larga distancia, que deberá transformar la cultura actual, mayoritariamente capitalista, en una nueva cultura, mayoritariamente democrática.
El progreso infinito es la razón mítica que sustenta el predominio hegemónico de la cultura capitalista. La gravísima crisis ecológica generada por la economía de mercado está contribuyendo a la destrucción de ese mito fundacional, pero no sucede lo mismo con el subsidiario mito del Estado moderno y su forma política de democracia liberal o parlamentaria. Éste viene siendo fatalmente asumido y compartido por las izquierdas ortodoxas, lo que  constituye una eficiente colaboración de éstas a la reproducción hegemónica del sistema capitalista. Esto es más que complicidad, es un error histórico y estratégico descomunal, que es necesario desentrañar, comprender y corregir; de ahí la urgente necesidad de la metanoia para estas izquierdas, más o menos integradas o reformistas.
Las izquierdas heterodoxas –anticapitalistas, marginales y esencialmente libertarias- viven un momento de gracia, merced a ciertas aproximaciones por parte de los movimientos sociales de “indignados” que están teniendo lugar en muchas partes del mundo, como reacción primaria ante esta crisis,  “madre” de todas las crisis capitalistas. Estas izquierdas libertarias han tenido siempre fundamentadas razones para no fiarse de las otras izquierdas oficiales u ortodoxas; pero habiendo defendido, en la marginalidad y como nadie, los principios y valores radicalmente democráticos, ahora más que nunca es imprescindible su contribución en la gran batalla cultural, que necesariamente hay que ganar para hacer posible  la transición a la  Democracia.
Lo subalterno es reconocido hoy como contracultural. Asumirlo lleva implícito el gen de la derrota: lo que se enfrenta al poder capitalista no es subalterno ni contracultural, sino radicalmente cultural.  
Reconozco la dificultad inicial de comprender el uso axialógico y estratégico del concepto Democracia para enfrentarnos a la también denominada “democracia” capitalista. Para superar este escrúpulo intelectual, lo primero  es pasar a denominar a ésta por su nombre real –oligocracia-, el que corresponde a su naturaleza. Dejar que el capitalismo siga enarbolando la bandera de “la democracia” es ahondar en la subalternidad de las izquierdas y, por tanto, seguir abonando el  huerto de las derrotas. Esta es la metanoia urgente y necesaria de las izquierdas, de todas las izquierdas, en la que el cristiano arrepentimiento es perfectamente prescindible. Basta con el pensamiento crítico y la racionalidad democrática.

1 comentario:

Hermadan dijo...

¿Habéis leído el artículo de Andrés Herrero:
"El nacionalismo una trampa mortal para la izquierda"?:
http://lists.kaosenlared.net/component/k2/item/44065-el-nacionalismo-una-trampa-mortal-para-la-izquierda.html