jueves, 1 de mayo de 2014

SÍ, TAMBIÉN EXISTE EL ANARCOTONTISMO


Un anarquista que tira piedras contra su propio tejado podrá creerse más  anarquista que nadie, pero en mi pueblo le llamarán tonto.

Hay anarquismos para todos los gustos, elijan ustedes: anarcosindicalismo, anarcomunicipalismo, anarcopunkismo, anarcocapitalismo, anarcocomunismo, ciberanarquismo, anarquismo de derechas, de izquierdas, estatalista, neoliberal, criptofascista, cristiano, friqui, primitivista, moderno y postmoderno…la expresión “vivimos en un mundo anárquico” se ha popularizado, es tan utilizada por los que padecen el sistema de dominación vigente como por aquellos que lo disfrutan; el mundo es hoy básicamente interpretado como desorden, un sin gobierno a la deriva, ¡una auténtica anarquía!, lo que justifica todo afán por el supremo bien común que es el orden.

Esta universal confusión no debería molestar a nadie, excepto a los anarquistas.


El sistema dominante se considera a sí mismo “el orden necesario” y no duda en tildar de anarquista cualquier manifestación que altere éste, su orden. Se sabe por los experimentos con ratones que la confusión provoca desorientación y ésta hace más vulnerables y controlables a las gentes, que se vuelven ansiosas del orden, igual que los ratones. La confusión parece, pues, conveniente a dichos fines, de ahí que  toda forma de disidencia sea considerada un peligroso desorden. Se le pega la étiqueta con el código de barras de “anarquista” y así ya están identificados los díscolos ratones…que se trata de un acto terrorista, da igual, sirve la misma etiqueta. Y aún se guarda el orden otros sinónimos en la manga -fascistas y comunistas-, nadie se escapa, sólo ellos, los auténticos demócratas, quedan sin marcar.

En España, el copyright del anarquismo lo tiene el anarcosindicalismo, a su vez repartido en dos facciones, cenetista y cegetista, ortodoxa y heterodoxa, purista y reformista, aunque ambas se reconocen a sí mismas, no faltaba más, como ortodoxas y puristas, revolucionarias, verdaderamente anarquistas. Incluso yo mismo me considero anarquista, sin pertenecer a ninguna de las mencionadas corrientes anarquistas en las que se organiza este confuso mundo.

Temo que al haber hecho la primera comunión a la edad de ocho años, cuando era creyente, se me podrá negar mi evolución hacia el ateismo, seña de identidad del hispanoanarquismo. Puede que yo sea ateo por conveniencia, que mi ateismo no sea de verdadera convicción, sino una impostación adaptativa, debida a mi mala conciencia religiosa. Como impostación podría ser también mi actual anacionalismo, radicalmente enfrentado a toda forma de organización nacional-estatal, dado que a los veinte años pensaba que el nacionalismo podía ser una fuerza que la izquierda le había regalado a la derecha. Que hoy, cumplidos más de sesenta años, piense lo contrario, no me está permitido sin tener pedigrí; no puedo evolucionar hacia el anarquismo puro y, por tanto, me tengo que conformar con pertenecer a una corriente impura del anarquismo, la de la “revolución integral”, cuya eclesiástica aspiración se limita a construir  un mundo autogobernado, libre de jerarquías, a promover la abolición de la propiedad privada y del trabajo asalariado, a sustituir el mercado y el estado por una organización igualitaria y comunal de la convivencia humana, todo lo cual debe ser puro fascismo camuflado, por lo que deduzco de la sentencia sobre la revolución integral que hace el señor Martín Paradelo, en el nº 3 de la revista Estudios de la CNT.

El anarquismo de este señor es tan puro que no tiene inconveniente en atacar a su propio anarquismo e, incluso, en atacarse a sí mismo mediante contínuas contradicciones y con el grosero recurso de citas dictadas al oído…pureza de raza la suya, anarquismo puro. Resulta curioso que los ataques más furibundos a la “revolución integral”,  aún en fase de gestación, provengan de algunos anarquistas como el señor Martín Paradelo.

En su artículo dice cosas tan floridas como éstas: “La individualidad es inseparable de la comunidad y la autonomía apenas tiene sentido si no está firmemente incluida en una comunidad cooperativa (Bookchin, 1997, 19-20). Comunidad cooperativa que sí parecen, aparentemente, querer formar las nuevas soluciones (se refiere a la revolución y a las cooperativas integrales) que, disfrazadas de igualitarismo aséptico e investidas de un espiritualismo místico que reclama una vuelta nostálgica a una armonía entre el ser humano y la naturaleza que nunca existió, evidencian un carácter puramente fascista. Y cuando decimos fascistas queremos decir que están dominadas por un absoluto sentimiento necrófilo, por un odio inmenso al ser humano en lo que tiene de humanidad. Partiendo de una crítica, superficial y dogmática, sin ningún referente fuerte al mundo real, acerca del carácter nihilista y amoral del ser humano bajo el sistema capitalista y de la preponderancia del deseo y la autosatisfacción en los individuos de la sociedad actual, estos movimientos derivan hacia un ascetismo y un puritanismo ciertamente inadmisible. Lo contrario, y solución, del dominio de la estatización y del hiperestímulo sensorial no es la glorificación del ser humano inserto en la naturaleza según las normas de la armonía eclesiástica, un ser humano que deba despojarse de su humanidad sensible para ascender a un estado superior en el que su deseo de satisfacción constituiría una tara”.
Y añade esta nota: “afirmaciones como éstas pueden encontrarse en ciertos opúsculos, pura verborrea medievalista y clerical que nos daremos el gusto de no citar, del señor Félix Rodrigo Mora” . ¿Para qué se va a molestar en citar esos opúsculos?, ¿qué bien le haría eso a la verdad anarquista del señor Paradelo?

Su solidaridad no es espiritualidad, pero la mía sí, porque yo derivo “hacia un ascetismo y un puritanismo ciertamente inadmisible”. ¿Cómo yo voy a negarle nada al señor Paradelo?, yo, “que glorifico al ser humano inserto en la naturaleza según las normas de la armonía eclesiástica”.

El problema podría no ser de fondo, aunque pudiera llegar a serlo si en ello pone tanto empeño y fantasía el señor Paradelo. Podría ser que nuestras diferencias fueran sólo estratégicas y que él no se haya enterado de que la lucha de clases a base de pancartas y huelgas no funciona,  que gane quien gane siempre gana la misma clase, la dominante, la que controla el capital y el estado. También podría ser que lo suyo sea sólo un cabreo por la atracción que ejerce la revolución integral sobre muchos anarquistas. Y, por las falsedades que dice en su artículo, también podría ser que se estuviera haciendo el tonto, como tirando piedras contra su propio tejado y contra sí mismo.

Nota: con todo, recomiendo leer el artículo completo, porque tiene algunas reflexiones sobre el consumismo, de las que siempre podremos aprender algo:

Autor: Martín Paradelo Núñez
ESTUDIOS-Revista de pensamiento libertario. Nº 3. Año 2013. Edita: Secretaría de Formación y Estudios. (CNT-AIT). www.cnt.es/estudios





4 comentarios:

sacho dijo...

Y ahora que la revolución integral y las demás soflamas del Mora han pasado de moda y ya nadie lo sigue ni de palabra y hasta ni de recuerdo, que tiene que decir?

Anónimo dijo...

Conozco personalmente a Martín Paradelo, actualmente y por desgracia, secretario general de la CNT. Es un completo tarado mental y un verdadero energúmeno al que no merece la pena prestar la más mínima atención. Es de los que le gusta hacer amigos por todas partes.

Anónimo dijo...

Yo también lo conozco. No es un tarado mental, es un arribista y buscón sin escrúpulos. Sólo busca celebridad y vivir del cuento. Este tipo al que se le conoce en Galicia como "martinicas" y le han pegado varias veces en los bares es secretario general de la CNT. Eso dice mucho de la misma y de sus afiliados. A la CNT se la han vuelto a colar. Provoca vergüenza propia y ajena.

ramiro bombo furioso dijo...

Ademas come todos los viernes en un MC Donalds y le roba a los niños los juguetes que vienen en el MC Menu, total para jugar en la bañera unas pocas veces y tirarlos.
Dicen que anda como loco jugando al Pokemon-Go por la plaza de la catedral y que se cree Pikachu,tal vez por eso lanza articulos en forma de rayos porculeros como este.
Vayase Señor Martinicas, usted no tiene el talante necesario para secretariar la CNT, engulla hasta explotar todos los Mac-Flurris y Mac Menus que quiera, pero antes devuelva lo robado a los niños.
Con este cocho se estivese no parlamento fasiamos un bo pucheiro