miércoles, 19 de octubre de 2011

LA GRAN TRANSICIÓN: DE UN CAPITALISMO SIN FUTURO A UN FUTURO SIN CAPITALISMO


Portada de "La felicidad tecnológica"

He tomado el subtítulo de esta entrada de otro correspondiente al libro del periodista  Andrés Herrero, colaborador en medios digitales como "Rebelión" y "Kaos en la red":  “La felicidad tecnológica”. Este libro hace un repaso a la evolución social y tecnológica de la sociedad humana desde el principio de los tiempos, intentando detectar cuáles fueron los errores cometidos por nuestra especie, al objeto de no repetirlos y diseñar una organización del futuro basada en el aprendizaje de dichos errores. Para ello, Andrés Herrero hace un diagnóstico con el que coincido plenamente, en el que identifica al poder y a la propiedad privada como los dos grandes obstáculos que hasta el momento nos han impedido construir un mundo más justo y sobre los que se sustenta el sistema económico y político dominante que, inexorablemente, nos conduce a la destrucción del planeta y a la desaparición de nuestra especie.

Su libro analiza el carácter depredador del capitalismo y a la vez examina críticamente las alternativas del comunismo y el anarquismo, integrando las aportaciones que él considera válidas en ambos sistemas de pensamiento político en una nueva visión a la que denomina “equisocialismo”, basada en democracia horizontal, socialismo y equidad, donde no sea posible acumular ni riqueza ni poder, y la tecnología se supedite a las demandas y necesidades colectivas.
Es impresionante la fortaleza de esas dos ideas, propiedad y poder. Cada vez que entablo una conversación con alguien al respecto –incluso con amigos y gente de izquierdas- percibo una gran resistencia a creer que algún día será posible eliminar la propiedad privada (entendida ésta como la apropiación individual o colectiva de los recursos naturales que son o debieran ser comunales),...¡el sentimiento de propiedad es tan constitutivo de la naturaleza humana!...dice casi todo el mundo; y, sin embargo, respecto del poder, parecen existir menos dudas, se piensa que siempre se le puede doblegar por la fuerza, es decir, con más poder. Creo que desvincular riqueza y poder es un error más de nuestro sistema de pensamiento colectivo. Ambos están íntimamente hibridados, el poder genera propiedad y viceversa. Se trata de un tandem  muy poderoso, valga la redundancia, que hasta ahora ha sobrevivido a todas las revoluciones conocidas de la historia humana. En su libro lo aclara bien A.H. cuando afirma que tanto el comunismo como el anarquismo diagnosticaron bien ambos problemas, pero no acertaron con las estrategias. El comunismo distribuyó la riqueza pero concentró el poder en el estado burocrático, que devino en capitalismo de estado, con todo el poder concentrado en las vanguardias dirigentes. Y el anarquismo, por su parte, totalmente preocupado por la distribución del poder,  no halló el modo de organizarse para conquistarlo y distribuirlo junto con la riqueza.
Pienso que es más difícil  neutralizar el poder que la riqueza,  porque me resulta posible imaginar que los abusos de la propiedad, de la riqueza, se pueden superar con una organización colectiva que sea igualitaria y satisfactoria de las necesidades humanas; pero en el ejercicio del poder reside, con toda su potencia, nuestra naturaleza primigenia y salvaje, que alcanza más allá del dominio de las cosas, incluyendo el dominio sobre las personas, que conlleva su sometimiento y que el animal que somos utiliza para marcar su posición jerárquica  dentro del grupo en el que vive, para marcar su territorio, que además de físico también es  social, económico y cultural. 
De donde me cabe pensar que la revolución igualitaria que muchos soñamos va a precisar de un potente nutriente ético que, quizá, esté naciendo estos días en las plazas de muchos pueblos y ciudades del mundo.     

No hay comentarios: